Nearshoring en México: ¿existen las condiciones para aprovecharlo?
viernes, 30 de agosto de 2024
Por: Jacques Stroobants Para: Animal Político
Este último año se ha estado hablando mucho del nearshoring o relocalización de empresas como una solución casi mágica que atraerá inversión y capitales a México, y permitirá enfrentar los retos presupuestales y fiscales que se le presentan al gobierno entrante, pero ¿en realidad están dadas las condiciones para que esto suceda?
El nearshoring consiste en la relocalización de cadenas productivas hacia un país que ofrezca mejores condiciones económicas: menores costos laborales, menos impuestos, más incentivos a la inversión y menores costos de transporte. En este sentido, México podría tener condiciones ideales para aprovechar la relocalización, al compartir más de 3,000 kilómetros de frontera con los Estados Unidos (EU), y además al tener un tratado de libre comercio con EU y Canadá.
El principal reto, sin embargo, consiste en ofrecer a las nuevas empresas certeza jurídica, infraestructura carretera eficiente, seguridad pública, acceso a servicios básicos como electricidad y agua, y acceso a mano de obra calificada. Sin ello, se podrían desincentivar nuevas inversiones o incluso causar la salida de las que ya están en México. Analicemos algunos de estos temas, así como el comportamiento de la inversión extranjera directa (IED), que nos permitirá ver si estamos aprovechando o no el nearshoring.
La IED se compone de nuevas inversiones, reinversión de utilidades y cuentas entre compañías. Para medir el efecto del nearshoring, nos interesa analizar las nuevas inversiones, que corresponden a las empresas que se instalan en México. De acuerdo con la Secretaría de Economía, la cifra correspondiente al primer semestre de 2024 es de 909 millones de dólares (mdd), la más baja desde que se tiene registro (2006), solo con excepción de 2014, cuando fue negativa. Entre 2022 y 2023, las nuevas inversiones registraron una caída de 72.3 por ciento.
El año pasado, los países que registraron más nuevas inversiones en México fueron Estados Unidos (2,215 mdd), Gran Bretaña (464 mdd), Canadá (457 mdd), Japón (244 mdd) y Alemania (231 mdd). Mientras, la inversión proveniente de China ascendió a 192 mdd, muy similar a la proveniente de España (188 mdd), pero destaca que en el primer trimestre de 2024, China únicamente invirtió 1 millón de dólares en México.
En el mismo tenor, Francia pasó de invertir 102 mdd en 2023, a solo 1 mdd en 2024, y Japón pasó de invertir 244 mdd en 2023, a sólo 6 mdd en 2024. Finalmente, es relevante que Dinamarca, que históricamente ha invertido sumas importantes de dinero en México, retiró en 2023 una inversión por 1.9 mdd, primera vez que se da una cifra negativa para Dinamarca desde que se tiene registro, en 2006. Como se podrá observar, las cifras de IED están lejos de ser alentadoras.
Y es que como ya se mencionó, existen barreras importantes que México debe franquear para destrabar la inversión extranjera y realmente aprovechar el potencial que podría tener el fenómeno del nearshoring que, de acuerdo a cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (2022), podría ascender a 78,000 mdd en América Latina, de los cuales México sería el gran ganador al quedarse con 35,278 mdd.
Uno de los grandes retos es la generación de energía eléctrica. En 2024, la generación de energía ya se encuentra rebasada por el incremento en el consumo, lo que causa apagones en amplias zonas del país y genera pérdidas millonarias a las industrias.
Otro reto es el suministro de agua, que está causando polémica en estados como Hidalgo, pues algunas industrias, notablemente la cervecera, requieren de grandes cantidades de agua. También recordemos que en 2020 se canceló la construcción de una planta de Constellation Brands en Baja California, dejando una pérdida en inversiones por más de 1,000 mdd debido a que la población argumentó que la planta pondría el riesgo el suministro de agua en Mexicali, Baja California. La cancelación de la planta se sometió a un referéndum, en el cual sólo participó el 5 % del padrón de votantes, quienes decidieron cancelarla.
Este acontecimiento nos lleva a otra gran barrera a la inversión: la certeza jurídica, que es de vital importancia si México realmente quiere aprovechar el nearshoring. De concretarse la reforma al Poder Judicial, así como la desaparición de los órganos reguladores, como la Comisión Federal de Competencia Económica, la Comisión Reguladora de Energía, el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, las empresas se quedarían sin ninguna garantía de que sus inversiones se van a respetar, o de que tendrán reglas claras para operar y competir. Además, México incurriría en una franca violación a las cláusulas del T-MEC, como lo han hecho notar varias instituciones de Estados Unidos y Canadá en días recientes. Los empresarios tampoco tendrían alguna garantía ante la desaparición del Poder Judicial pues, por ejemplo, el gobierno en turno les podría exigir créditos fiscales y estarían en total estado de indefensión.
Así que en estos días se definirá si realmente México apostará por el potencial económico que tiene el nearshoring, o si decide darle un portazo definitivo a las nuevas inversiones.